El sentido del equilibrio depende de 3 factores: la propiocepción (unos receptores a nivel de músculos, huesos y articulaciones que mandan información al cerebro sobre e qué postura estamos en cada momento), el oído (ahí están los conductos semicirculares orientados en las 3 direcciones del espacio, que también dan información de cómo estamos situados) y la vista (mantenemos mejor el equilibrio cuando tenemos la vista fijada en un punto, además tenemos información de lo que nos rodea). Pues bien, logramos mantener el equilibrio con 2 de ellos al menos. Los niños están continuamente mirando todo ya que están explorando el mundo que les rodea y cuando se ponen de pie, su sentido de la propiocepción manda información nueva que el cerebro del niño debe interpretar y acostumbrarse. Por este motivo, durante los primeros meses es normal que los niños arqueen las piernas e, incluso, que metan o saquen los pies ya que de esa manera tienen una mayor base de sustentación, facilitando el mantenimiento del equilibrio. Poco a poco se irá corrigiendo por sí solo.