Es una consulta habitual que, después de estar un tiempo con una lactancia adecuada y buena subida de peso del bebé, haya unos días “raros”, en los que la madre se nota los pechos más vacíos, el bebé llora más, coge el pezón y lo suelta, se estira, mama un poco y vuelve a soltar el pecho. Son las llamadas crisis o baches de lactancia materna. Suelen ser picos de crecimiento del bebé en los que demanda más alimento y, por tanto, se desespera cuando no le llega toda la leche que quisiera. Es un error habitual, normalmente que ocurre por “presiones” externas, que se de leche de fórmula porque la creencia es que la madre no tiene suficiente leche; nada más lejos de la realidad. Al meter un bibe, estamos quitando tiempo de succión del bebé, con lo cual estamos interrumpiendo el principal estímulo para aumentar la producción de leche materna.
Por tanto, ante una crisis de lactancia lo que hay que tener es paciencia, saber que son autolimitadas (la situación vuelve a la normalidad en 7-10 días habitualmente) y que no se deben a la falta de leche (el pediatra habrá comprobado que el bebé sigue bien hidratado y que la ganancia de peso es la adecuada).
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