Es común que encontramos restos blanquecinos en la lengua del bebé. Lo habitual es que sean restos de leches adheridos, lo cual podemos comprobar limpiando suavemente. La mejor forma de hacerlo es poniéndonos una gasa empapada con suero fisiológico alrededor de nuestro dedo, limpiando suavemente con el pulpejo del dedo la lengua del bebé. Si tenemos dificultad a la hora de eliminar los restos, puede que se deba a que sean hongos; en este caso consultaremos con nuestro pediatra quien confirmará esto y pautará tratamiento.