Nuestro hijo crece en sociedad con otros niños y, por tanto, es casi imposible evitar las comparaciones. Hay que recordar que no hay una edad determinada para realizar determinadas acciones, más bien hablamos de un intervalo dentro del cual nos vemos en la normalidad (llamando normalidad al periodo de tiempo en el que la MAYORÍA DE LOS NIÑOS consiguen realizar determinados actos). Así, los pediatras siguen unas pautas para comprobar que el desarrollo neurológico del bebé es el adecuado, siendo las más conocidas la sonrisa social al mes, sostén de la cabeza a los 3 meses, que se siente sin apoyo en torno a los 6 meses, gateo a los 9 meses y caminar sobre el año de vida. Sin embargo, el gateo quizás es el más inconstante, ya que básicamente se trata de una forma de desplazarse rápidamente para poder manipular todos los objetos a los que alcanza su vista. El gateo coincide más o menos con la época en las que los niños, ayudándose de sus brazos, se ponen de pie para poder tener un mejor ángulo de visión para explorarlo todo y, por este motivo, muchos niños NO LLEGAN A GATEAR, sino que se aventuran directamente a dar sus primeros pasos. Por tanto, no es motivo de preocupación que no gatee; tu pediatra comprobará en las revisiones que el resto de habilidades neurológicas están evolucionando de forma adecuada.