Los niños que tienen líquido en los testículos tienen un hidrocele. Se produce porque persiste una comunicación entre los testículos y la cavidad peritoneal (el peritoneo son unas membranas que recubren los órganos intestinales), a través de la cual pasa el líquido. Es benigno y suele solucionarse por sí solo, pero su persistencia a los 2 años de edad requiere que sea valorado por un especialista en cirugía pediátrica. La importancia radica en que los testículos deben mantener una temperatura constante para favorecer el correcto desarrollo de los espermatozoides en un futuro y la presencia de líquido altera la regulación de la temperatura.
