Muchos padres creen que los recién nacidos no ven cuando nacen. Esto no es así. La distancia a la que ven está en torno a los 20-30 centímetros. De hecho, si nos ponemos delante, comprobaremos que nos sigue con la mirada. Si nos acercamos más de esa distancia, el bebé no logrará focalizar la imagen, con lo que probablemente “meta un ojo” al intentarlo, dada la inmadurez de los músculos oculares.