“Mi niño tiene el sueño cambiado”, es lo que suelen decir los padres las primeras semanas del bebé en casa. Debemos de tener en cuenta que el bebé lleva 9 meses creciendo en el útero materno, en completa oscuridad. Bruscamente se le expone, al nacer, a un medio lleno de estímulos y con momentos de luz y oscuridad. Además, durante el sueño ejerce una función clave la acción de una hormona, la melatonina, regulando el inicio del sueño y su mantenimiento, evitando los despertares frecuentes. La secreción de melatonina se va regulando poco a poco, de manera que comprobaremos que a medida que pasan las semanas, nuestros bebés dormirán cada vez más por el día y menos por la noche.
Lo habitual es que los primeros días nuestro bebé duerma en torno a 16 horas, disminuyendo poco a poco hasta alcanzar las 8 horas habituales en la vida adulta (a los 2-3 años se suele alcanzar este tiempo de sueño).